En las últimas semanas, veo cosas que me preocupan bastante. No sé si es sesgo mío, o se trata de algo real, pero la verdad es que lo que lo ha iniciado mi preocupación es ver publicidad de DeGiro (para los que no lo conozcáis, es un broker que opera online) en marquesinas y kioscos cerca de mi casa (y, por lo que me comentan, no soy el único que lo está viendo).

Lo cierto es que, si sólo fuera eso, probablemente estaría más tranquilo. Sin embargo, no es el primer signo que veo que podría señalar euforia. No sé si os habéis fijado, pero en las últimas semanas o meses han aparecido blogs sobre bolsa e inversión como setas… siendo éste uno de ellos. No sólo eso, sino que, cada vez más, oigo a conocidos que empiezan a pensar en dedicar a esto parte de sus ahorros, o que ya lo están haciendo.
Siempre se ha dicho, y con razón, que cuando todo el mundo está empezando a dedicarse a la bolsa, mala señal, porque suele pasar cerca del final de un mercado alcista. Y, sin embargo, también hay señales que van en sentido contrario. Personalmente, me sigue avergonzando hablar de que invierto en bolsa en los círculos en los que me muevo habitualmente, aunque eso puede ser algo particular de mi entorno, o personalmente mío.
Tampoco veo señales de euforia desatada, y sí que veo un miedo tremendo a las correcciones y las bajadas de la bolsa (la semana pasada la bolsa ha bajado un 3%, y de repente estaban hablando de valores defensivos en todas partes). Las valoraciones en bolsa tampoco son desorbitadas, si exceptuamos unos pocos valores. Es extraño, pero nunca pensé que una posible cima de mercado se viviera con tanto miedo.
Es cierto que hay algunas explicaciones alternativas a la repentina aparición de blogs sobre inversiones, y a ver mayor actividad en los foros y demás. Para empezar, la falta de renta disponible para empezar a invertir hasta ahora por parte de la mayoría de miembros de mi generación (sí, aunque no vaya anunciándolo por ahí, resulta que soy un milennial). A pesar de lo que se escucha por ahí a muchos de que con trabajo, esfuerzo e ilusión todo se consigue, cuando había un 40% de paro entre los menores de 25 años, 4 de cada 10 de los que querían encontrar un trabajo se quedaban fuera. Cuando no hay para todos, no hay por mucho que quieras. Y de los 6 que lo conseguían, la mayoría no estaban lo suficientemente bien pagados como para ahorrar tanto como para plantearse invertir si querían tener un fondo de emergencia por si, por ejemplo, se les acababa el contrato temporal (un fenómeno del que, seguramente, nadie ha oído hablar estos años) o les echaban (otro fenómeno paranormal).
Personalmente, nunca he sido de los que peor suerte han tenido en ese sentido, pero el caso es que la situación laboral parece mejorar mucho, y parece que, al menos en las profesiones cualificadas, el mileurismo va dejando paso, muy poquito a poco, a remuneraciones algo mejores y, a pesar del incremento de los alquileres, el saldo parece positivo. Y la cosa es que ya no se trata sólo del dinero que ganes, sino de las perspectivas de futuro. Como he dicho, yo he tenido bastante suerte. Sin embargo, el clima general era de que todo podía volver a irse al pimiento en cualquier momento. Un pesimismo bastante opresivo. Con eso en mente, es difícil pensar en inversiones a largo plazo (sobre todo cuando la principal inversión a largo plazo que te planteas es salir corriendo del país en cuanto puedas). Ahora, el clima laboral parece bastante mejor, y mi impresión es que muchos, igual que me sucedió a mí ya hace unos meses, pueden empezar a plantearse otras cosas.
Por supuesto que había gente que podía planteárselas de antes, no digo lo contrario. Y a los que tuvieron la suerte y el acierto de tener tanto los recursos como la presencia de ánimo de empezar a invertir antes, enhorabuena. Simplemente, señalo que probablemente estamos ante la entrada de una generación en el mercado de la renta variable. Y ese es un momento peligroso, y más con la subida que acumula el Ibex en los últimos 9 meses, que puede llevar a la euforia, a la ilusión de que en bolsa siempre se gana. Yo he tenido bastante suerte, de nuevo, y he estado dentro en estas subidas. Ojalá otros también la tengan, y no haya una entrada en tromba que sea simplemente preludio de un batacazo. O la haya habido ya.
En fin, veremos qué nos depara el futuro. Pero, si os soy sincero, yo sigo viendo esto con más miedo que euforia.