Cuando nos aproximamos al mundo de la inversión por primera vez lo primero que buscamos es seguridad. Y es entonces cuando, casi invariablemente, nuestro asesor en el banco o nuestros conocidos nos comentan que invirtamos en Renta Fija. Que es algo que está libre de riesgo, que son fondos que invierten en deuda, sobre todo de países, y que siempre va a pagar un interés. Sin embargo, los fondos de Renta Fija presentan altibajos, aunque menos que la Renta Variable. ¿Por qué ocurre esto?


Para entenderlo, hay que empezar por qué es la Renta Fija. Generalmente, cuando se habla de Renta Fija solemos estar hablando de bonos de deuda de países desarrollados. También hay bonos de deuda corporativa, de mercados emergentes o de bonos basura, pero de momento vamos a limitarnos al mercado más simple. Un bono es una cantidad de deuda (el principal o valor nominal) con una fecha de vencimiento determinada. Al llegar a esa fecha, se devolverá el principal al tenedor del bono. ¿Y mientras tanto? Bueno, pues mientras tanto el tenedor del bono va cobrando el cupón, esto es, el interés que se pone a la deuda. Por un bono a 10 años de 50.000 € con un cupón del 1%, recibiremos 500€ cada año, y 50.000 al final.
Esto, sin embargo, no nos explica por qué el valor de un fondo de Renta Fija puede oscilar a lo largo del tiempo. El caso es que, al igual que las acciones, los bonos, letras y obligaciones tienen sus propios mercados secundarios, en los que se pueden comprar y vender. En España tenemos el mercado AIAF y el mercado MARF. Y en ellos, el valor de los bonos no es totalmente estable en el tiempo. De hecho, si se observa el gráfico del fondo de bonos que he puesto como ejemplo, se puede ver que de 2005 a 2008 prácticamente no subió de valor, a pesar del interés pagado por los bonos, mientras que a partir de 2008 subió relativamente rápido… y los bonos emitidos antes de 2008 pagaban mucho más cupón que los emitidos después, ya que los tipos de interés eran mucho más altos antes de la crisis financiera. Así pues, sólo se puede explicar esa variación al alza por un cambio en los valores de mercado de los fondos.
La clave está precisamente en los tipos de interés que hay en cada momento. Cuando los tipos de interés están subiendo, los bonos emitidos en años anteriores son cada vez menos interesantes, porque el interés que pagan los bonos es cada vez mayor. Así pues, ¿quién va a pagar el 100% del principal de un bono de 50.000€ al 1%, cuando se acaba de emitir uno al 3% con el mismo principal? Eso hace que los bonos vayan bajando de valor, y que a los fondos de renta fija -sobre todo a largo plazo- les vaya un poco peor, debido a que, a pesar de cobrar intereses, el valor de los bonos que tienen se deteriora. Mientras tanto, en un entorno contrario, en el que los tipos de interés bajan… bueno, resulta que es mucho más interesante pagar por aquel bono del 4% emitido en 2008 que pagar por un bono con interés del 0,5 % emitido en 2016. Y esto, la gran bajada de tipos de interés, es lo que ha hecho que los fondos de renta fija se hayan comportado tan bien desde 2008 hasta el año pasado.
Este comportamiento, además, tiene unas consecuencias curiosas. Generalmente en entornos de tipos de interés ascendentes -salvo en casos de hiperinflación, esa es otra historia muy distinta- lo que tenemos es una economía sana y en crecimiento (al fin y al cabo, los tipos de interés, salvo en circunstancias especiales, sólo pueden subir si el retorno esperado del dinero prestado sube). Esto hace que, en muchos casos, cuando la Renta Fija se está comportando mal, veamos subidas importantes en las bolsas. Mientras tanto, en situaciones de crisis como la de 2008 y los años siguientes, ocurre lo contrario. Y por eso la Renta Fija puede ser un gran complemento de la Renta Variable, para hacer más llevaderas las épocas de pérdida y, de hecho, es habitual ver carteras modelo que distribuyen el total del dinero entre estas dos clases de activos.
También hace que, como habréis podido adivinar, este parezca un momento particularmente malo para invertir en Renta Fija. Con los tipos de interés en mínimos históricos, y el aparente repunte de la economía en Europa (junto con la inflación), además de las subidas de tipos de interés en EE.UU., parece que los actuales bonos, emitidos algunos incluso a tipos negativos, no tienen un gran futuro por delante. En los últimos meses ya se está viendo retornos negativos en muchos fondos de bonos (hay que tener en cuenta que suelen cobrar una comisión de gestión), y no parece probable que la situación mejore, dadas las noticias sobre posibles subidas de tipos en Europa. Además, cuando tenemos en cuenta el repunte de la inflación, es muy probable que estos fondos den un retorno real negativo en los próximos años.
Pues nada, como hemos visto, invertir en Renta Fija no es tan seguro como parece. Al (normalmente reducido) riesgo de impago, hay que sumar el riesgo de depreciación de los bonos, y la inflación. Así que cuando alguien te recomiende Renta Fija en estos momentos, por lo menos piénsalo un poco.